miércoles, 16 de octubre de 2013

Qué ver en NRW (7): Aachen

Ya iba siendo hora de que hablara de la ciudad en la que viví durante un año: Aachen, o Aquisgrán para los hispanohablantes, la capital del imperio de Carlomagno, famosa por sus aguas termales y lugar de coronación de los emperadores germanos. Aachen es ahora una ciudad de 250.000 habitantes y a menudo pasa desapercibida cuando hablamos de otras ciudades de Renania con más renombre, como Colonia, Düsseldorf o Dortmund, pero lo cierto es que por las calles de Aquisgrán se respira más historia que por muchas otras ciudades vecinas más ricas y famosas.

De orígenes celtas, fue alrededor del siglo II cuando los romanos descubrieron las fuentes de aguas termales y construyeron en lo que hoy es Aquisgrán varias instalaciones de baños termales, una de ellas en el centro de la ciudad actual, Elisengarten, donde se pueden observar diversos restos arqueológicos. Más adelante, en el siglo VIII, Carlomagno decidió establecerse en Aachen atraído por esas mismas aguas termales y mandó construir su Palatinado Imperial, que más tarde daría lugar a la catedral y el ayuntamiento de Aachen, los dos monumentos más importantes de la ciudad.

La catedral de Aachen tiene su origen en la capilla palatina de base octogonal que mandó construir Carlomagno en el siglo VIII. En los siglos posteriores se añadieron el coro de nave (s. XV), varias capillas en torno al octógono (s. XV y XVI), la cúpula sobre el mismo (s. XVII) y se elevó la torre (s. XIX), entre las reformas más importantes. Dentro alberga, entre otros, el trono de Carlomagno y un relicario con sus restos mortales. De la catedral de Aquisgrán, de los elementos que la forman, su historia y de lo que alberga en su interior hablaré en profundidad en una futura entrada de este blog.

La catedral de Aachen

El ayuntamiento de Aachen tiene su origen en la Sala del Rey del Palatinado, aunque después de la demolición de gran parte de ésta en el siglo XIII, sólo algunas partes del ayuntamiento actual son originarias de la época de Carlomagno, siendo la más importante la Torre Granus, la torre oriental del ayuntamiento, considerada el edificio más antiguo de Aquisgrán. El edificio gótico que vemos hoy día fue construido en el siglo XIV, reconstruido y reformado en estilo barroco en el siglo XVII y vuelto a reconstruir con estilo gótico a partir del XIX. Del ayuntamiento histórico de Aachen, su fachada gótica, las salas de su interior y especialmente de su sala de coronación hablaré en profundidad en otra futura entrada de este blog.

Ayuntamiento de Aachen

Otras huellas del pasado medieval de Aquisgrán las encontramos en los restos de sus murallas. El emperador Federico Barbarroja otorgó en el siglo XII derechos municipales a la ciudad, por lo que se construyó una muralla fortificada. Restos de esta muralla se pueden encontrar en el cruce de las calles Templergraben y Pontstraße, también frente al edificio SuperC y en diferentes puntos de la calle Seilgraben, disimulados entre el entorno urbano.

En el siglo siguiente (XIII) y con la expansión de Aquisgrán la muralla de Barbarroja se quedó pequeña, por lo que se amplió y se construyó una segunda muralla exterior. Más significativos son los restos de esta segunda muralla, destacando dos puertas torre: Ponttor (al norte de la ciudad, al final de Pontstraße) y Maschiertor (al sur, cerca del Hauptbahnhof, la estación principal de tren), y alguna torre como el Langer Turm (en Junkerstraße).

Ponttor

Saltamos en el tiempo hasta la incorporación de Aachen en el Reino de Prusia en el año 1815, tras las guerras napoleónicas, cuando durante el reinado de Federico Guillermo III y bajo la corriente clasicista prusiana, se construyen en 1822 otros dos de los edificios más significativos de Aachen: Elisenbrunnen y el teatro municipal, aunque de éste ultimo sólo se conserva original la fachada principal.

Teatro de Aachen

Elisenbrunnen o fuente de Elisa, dedicada a Isabel Luisa de Baviera, esposa de Federico Guillermo IV, por aquel entonces príncipe prusiano y futuro monarca. De la fuente de agua termal emana un mal olor debido a su alto contenido en azufre (del sabor mejor ni hablar) aunque eso no impide que Elisenbrunnen ebulla de actividad en los meses de verano, junto con Elisengarten, el parque situado justo detrás y que desde 2013 alberga una ventana arqueológica con restos de diferentes épocas. En uno de los extremos de Elisenbrunnen se encuentra la Oficina Turística de Aachen.

Elisenbrunnen

Aquí acaba por ahora este breve paseo por la ciudad de Aachen pero próximamente publicaré algunas entradas más sobre qué más ver en Aachen, sobre la catedral y el ayuntamiento en profundidad, sobre leyendas de la ciudad o los mejores sitios para comer y beber :)

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